Intereses, maneras y justificaciones... cómo vamos enfrentando y aprendiendo de la vida
sábado, 10 de agosto de 2013
El roble y el viento
Había un roble
No muy alto
Pero amable
Que una vez conoció al viento.
El viento sopló
Y el roble disfrutó.
Y así se hicieron amigos.
Con el tiempo el roble se dejó llevar
Y el viento sabía
Que no podía dañar al roble
Por mucho que soplara.
Había un roble
medianamente alto
Y diferente a los demás
Que se enamoró del viento.
El viento
le enseñó al roble
A ver el mundo con otros ojos
Y se hicieron pareja.
Con el tiempo el viento se dejó llevar.
Y el roble sabía
que no podría dañar al viento
Por fuerte que se mostrara.
Había un roble
Casi alto
Y un poco loco
Que cambió con el tiempo.
El viento no soplaba igual
Y el roble no era el mismo.
El viento quiso continuar
Pero el roble no podía caminar.
El viento dijo regresar
Y el roble estuvo dispuesto a esperar.
Había un roble
Muy alto y viejo
Que era sabio y fuerte
Y una vez conoció al viento.
El viento sopló
Y el roble sonrió
Dándole la bienvenida
A su viejo amigo.
Ambos hablaron
De los años y del mundo.
Y encontraron, aunque cambiados,
Al mismo amigo de antes.
Había un roble
Que amaba al viento.
Su amor era puro y paciente
Y el viento le correspondía.
*Si le faltan versos
O si el poema parece inconcluso
Es porque así es la historia:
Sin final iluso*
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