domingo, 12 de septiembre de 2010

El Viaje


Lo que venia ya no lo podía evitar. Lo había hecho antes, pero ahora estaba sola.

A veces las cosas no salen como las planeamos, pero si se van a dar, no importa en que manera...

Empecé a sentir la sensación de querer desertar; mi corazón se aceleró, los oídos me zumbaban, el miedo se presentó en mi estómago, mientras la desesperación aparecía en mis manos.

Lo estaba dejando atrás... lo más probable era que volvería al mismo lugar, ¿acaso no lo hacemos siempre? Pero podía cambiar mientras estuviera lejos. ¿era ese el miedo que sentía, el del cambio? o ¿era que en el fondo no sabía si regresaría como era de esperarse? la sensación de que "cualquier cosa puede pasar" no me había afectado antes.

Siempre he pensado (referente a la muerte), cuando me he sentido muy feliz, morir no sería lo peor y cuando he estado en depresión, morir no sería lo peor...

pero estaba dejando inconclusas algunas cosas y quería (precisamente ahora y de repente) hacer otras.

Solo me quedé con la esperanza de que fuera lo que fuera, sería lo mejor

y así puede seguir.

jueves, 2 de septiembre de 2010

El Colegio Que Llevo En Mi Ser


La huella que el Belga ha dejado en mí se basa en la espiritualidad, solidaridad, servicio, responsabilidad, lealtad, amistad y todos los valores que gracias a las hermanas de la congregación, a los maestros y al personal del colegio, he aprendido a aplicar en mi vida y me han ayudado a ser la mujer belga que soy ahora, a luchar por alcanzar las metas que me he planteado para el futuro y siempre tener presente que Dios hace camino conmigo.

Entré a la familia Belga en párvulos, muy emocionada y feliz de hacer nuevas amigas.

Con mi falda bien planchada y mi gabachita gris, fui aprendiendo y acoplándome a mi nueva casa, mi colegio.

Terminé este primer pequeño paso de la preprimaria con la clausura, entre flores, trenes, panaderitos, bailes y canciones, lista para la primaria.

Durante los siguientes años aprendí a hacer del Belga mi hogar.

Conocí más personas que de una u otra manera me ayudaron y compartieron conmigo las alegrías y experiencias de aquellos días.

Ingresé al coro y al grupo de teatro. En ambos hice amigas muy especiales, y tanto Ricardo V. (director del coro) como Raúl L. (maestro de teatro) forman parte de mi corazón y con ellos aprendí muchas cosas de mí misma y de la vida, que ahora recuerdo con nostalgia y alegría.

Entonces llegó la primera despedida, la separación y el cambio, de sexto primaria a primero básico. Y la manera más especial de simbolizarlo fue el corte de tirantes.

En básicos viví las mejores experiencias, rodeada de las personas más especiales y que hasta hoy son mis amigas.

Entre travesuras, escapadas, regañadas, fiestas y rivalidades, aprendí de mis errores, pero no lo hice sola, crecimos juntas, toda la promoción 51 creamos lazos de unión y cariño, lo que hizo más difícil decir adiós y pensar en empezar una nueva etapa.

Decisiones entre bachillerato, magisterio o perito cambiaron mi vida y me brindaron nuevas oportunidades y vivencias.

Aunque algunas de mis amigas siguieron magisterio o perito, en mi caso, seguir Bach. fue la mejor decisión que he tomado, pues es donde he aprendido y disfrutado más.

Todo lo que hemos compartido: días del cariño y cadenas de la amistad, días de la mujer, excursiones al Irtra o a la Antigua, la fogata y los 3 de junio. Todas experiencias inolvidables. Además de todas las locuras entre clases y las fiestas. Nos hemos unido más como promoción y nos conocemos mejor. Sé que nuestra amistad es más fuerte que nunca.

Ahora, después de 13 años en el colegio, me doy cuenta que no hay otra familia que acoja y apoye como el Belga.

Me voy con el legado de su filosofía en mi corazón: “Dios no nos falla”.

El colegio que me ha visto crecer es el Belga que llevo en mis ser