lunes, 21 de mayo de 2012

Galería Tz´utujil

En el km 86 por la ruta Interamericana, en Tecpán, está ubicada la Galería Tz´utujil. La cual abrió sus puertas al público ayer por la mañana.

Don Benjamín González, dueño de la galería, nos recibió con un efusivo saludo y una cordial bienvenida, guiándonos hacia el primer salón de exposición.




 Nos invitó a tomar lo que gustásemos de las mesas ubicadas en el jardín, las cuales tenían canastos de pixtonsitos (tortillas grusas) blancas y negras junto a platos con frijol, queso, salpicón, hilachas en estofado, chorizos y chojín (rábano con chicharón deshecho). O de las mesas con café y rosa de jamaica.

Don Benjamín nos explicó que la idea era degustar del arte visual y culinario. Disfrutar de la comida y de las obras simultáneamente, para mantener un ambiente enteramente nacional.
A esto se involucraba el fondo musical interpretado en marimba, que sonaba por todo el lugar.

 


El salón estaba iluminado con luz natural y pequeñas velas en la pared y en piedras de moler. Detalles como estos se podían observar en los distintos salones, llenando de originalidad y chapinismo natural la exposición.

Obviamente no era permitido tomarle fotos a las obras, pero dejenme contarles que es algo muy especial de admirar.

Las diferentes pinturas recreaban distintos momentos indígenas, en distintas épocas y diferentes tamaños.
Varias retrataban los parques municipales, los mercados llenos de colorido y gente.
Otras mostraban los trabajos del campo, como el corte de café, de hortalizas, recolectores de maíz, desgranadores y moledoras.


En todas se podía apreciar la naturalidad de la vida rural, el comportamiento humano en cada actividad, desde los trabajadores, los que toman un descanso, los grupos que se reúnen a jugar o conversar, las familias, etc.

Así como paisajes variados en los que se visualizaba las tareas de pesca o recorridos en lanchas o canoas.

Y en todas se visualizaba el detalle de expresiones, colores y ambiente que recreaban los momentos.






En el segundo salón había una iluminación más pronunciada, siempre de fuente natural.
En ésta las pinturas eran de una presencia más personal. 

Retratos de ancianos, jóvenes, niños y adultos, individuales y en grupos que recreaban la vida de manera más profunda, ya no tan social, sino más individual.

Mostraban reuniones familiares, de amistades, ritos, partos con comadronas. 
También grupos de hombres y mujeres en bares clandestinos, la experiencia de la extracción de muela sin anestesia, entre otros momentos.



Y hermosas pinturas de mujeres de espaldas sosteniendo flores. Éstas es especial mostraban los trajes típicos regionales de distintos lugares de país.

Finalizamos en el salón en el que se encuentran las postales y litografías de la exposición. Piezas únicas de  colección de la exhibición. También encontramos pequeños lienzos con paisajes y tareas humanas en un sentido más abstracto que el resto de la colección.


Fuera de los salones el jardín estaba lleno de flores y follajes que brindaban serenidad y tranquilidad al paseo.

Vale resaltar que durante el recorrido por la galería don Benjamín nos acompañó, atento a las necesidades que podíamos presentar y en total disponibilidad de darse a conocer.
Nos comentó que este era un negocio familiar en el que lleva casi 30 años y que la idea de abrir la galería es para mostrar las nuevas obras que quedarán expuestas el resto de días.

También nos contaba que si bien podía pasar semanas sin que alguien entrara a la galería, de vez en cuando llegaba más de alguien a quien atendía con el mismo esfuerzo y gozo.
Ahora la galería también cuenta con habitaciones par viajeros, los cuales mantienen el concepto de naturalidad pues no se ofrece servicio de televisión y cable sino de tranquilidad, paz y relajación. Aunque eso sí, hay conexión de internet.

Fue una muy placentera experiencia compartir con su familia en la galería, degustar de la deliciosa comida de su esposa y de la agradable compañía de don Benjamín.

Antes de despedirnos nos agradeció la visita no sin antes asegurar volvernos a ver para tomar una taza de café.